En la Bolsa de Nueva York, una hora antes del cierre, los títulos cotizaban a unos 305,20 dólares tras haber abierto la sesión en 323,50, y la firma parecía encaminada a cerrar el conjunto de la semana con una pérdida de valor del 14 % por el impacto de los últimos tuits de Musk.

El 7 de agosto, el empresario escribió en Twitter que consideraba sacar de la bolsa a Tesla cuando alcanzara los 420 dólares por acción y que tenía “financiación asegurada”, recuerda el diario en el artículo, publicado este viernes.

Musk explicó que se refería a un fondo soberano de Arabia Saudí, con inversiones de 250.000 millones y un 5 % de Tesla, con el que había negociado a finales de junio, pero fuentes conocedoras de esa reunión dijeron al diario que no había un compromiso en firme.


La Comisión del Mercado de Valores de EE. UU. (SEC, en sus siglas en inglés) cuestionó la veracidad de los tuits de Musk y como consecuencia varios ‘short-sellers’, vendedores a corto, demandaron al multimillonario y la empresa por el anuncio.

De acuerdo con la entrevista, la SEC ha enviado citaciones a Musk y a miembros de la junta directiva de la fabricante de automóviles y las partes se están preparando para reunirse con la autoridad regulatoria la semana que viene.

En estas circunstancias, Musk se explayó ante el prestigioso diario y admitió que el trabajo le está haciendo mella y que los vendedores a corto son los culpables de su estrés, porque están “impulsando desesperadamente una narrativa que podría resultar en la destrucción de Tesla”.

El periodista del diario señaló que este empresario de Silicon Valley desde hace 20 años mostró un “nivel extraordinario de autorreflexión y vulnerabilidad” al reconocer que sus responsabilidades le están afectando en lo personal y que “lo peor está por llegar”.

“Este último año ha sido el más difícil y doloroso de mi carrera”, sentenció Musk, quien enfatizó que “ha sido insoportable” y “a costa” de no ver a sus hijos ni a sus amigos, sobre quienes relató están “preocupados” por su salud física.

“Había veces que no dejaba la fábrica en tres o cuatro días, que no salía fuera”, explicó el empresario, que trabajó recientemente semanas de 120 horas, incluyendo las 24 horas de su 47 cumpleaños, el pasado 28 de junio, y estuvo a punto de perderse la boda de su hermano en Cataluña, según afirmó.

No obstante, tras la polvareda levantada por los tuits sobre la posible salida de la bolsa, Musk, ávido usuario de esa red social, aseguró no estar arrepentido y, si bien concedió que nadie había revisado previamente el mensaje, destacó que su objetivo era ser transparente.

Respecto al precio por acción que eligió, y que provocó desconcierto porque el 420 se suele utilizar para referirse a la marihuana en EE. UU., desgranó que quería ofrecer una prima del 20 % sobre la cotización de la firma, que habría sido 419 dólares, pero lo redondeó porque le daba un “mejor karma”.

“No era sobre la marihuana, para ser claros. La marihuana no ayuda a ser productivo. Hay una razón para la palabra “stoned” (colocado, en inglés, que se traduciría literalmente como “empedrado”). Simplemente te quedas ahí sentado como una piedra con la marihuana”, explicó.

Pese a ello, el diario cita fuentes de la junta directiva que dicen saber de su uso ocasional de drogas recreacionales y estar preocupados por su consumo de Ambien (una marca de somníferos), que para Musk “a veces es una elección entre no dormir o Ambien”.

Respecto a la búsqueda de un “número 2” que alivie su carga de trabajo, puesto para el que se barajó a la segunda ejecutiva de Facebook, Sheryl Sandberg, fuentes dijeron al diario que esa tarea se ha intensificado a raíz de sus hábitos “tuiteros”, mientras que Musk niega que sea algo que esté en “activo”.

El multimillonario dijo no tener previsto dar las riendas de Tesla a nadie para que ocupe sus puestos de presidente y consejero delegado, pero declaró que si hay alguien que “puede hacer mejor el trabajo”, se las podría dar “ahora mismo”.