Esa enorme tajada incluye los ingresos provenientes de su famoso canal; todo adobado con una de las mejores tasas de crecimiento económico sostenido en América Latina, baja inflación, y con el dólar como moneda.
Sucesivos gobiernos se han esforzado por presentar al país como un centro financiero de negocios similar a Singapur, que impulsa negocios bancarios e inversiones, pero han encontrado severas dificultades para modificar la generalizada imagen de Panamá como un paraíso fiscal que ayuda a lavar las ganancias de ricos y poderosos con total impunidad.
Después de estar sometido a un estrecho escrutinio en los últimos años de parte de otros países, especialmente de Estados Unidos, Panamá ha limpiado relativamente su imagen, lo suficiente como para salir de la “lista negra” de los estados sospechosos de blanqueo de dinero.
En febrero, ese país fue sacado también de una “lista gris” de las naciones con leyes financieras laxas, pero hay consenso en que todavía presenta deficiencias en la lucha contra el blanqueo de dinero. Y ‘Los papeles de Panamá’ podrían poner esos avances en riesgo.
El país “más opaco” del mundo
Pese a que la investigación de los medios de comunicación sacó a la luz transacciones que no necesariamente son ilegales, resulta políticamente difícil de aceptar la tardanza de Panamá en aplicar las reglas de transparencia internacional.
A pesar de la presión extranjera, Panamá ha arrastrado los pies a la hora de responder a los pedidos de intercambio de información financiera formulados por otros países y levantar su secreto bancario.
“Panamá se ha convertido en el lugar más opaco en la tierra”, dijo el director del Centro para la Política Fiscal de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) Pascal Saint-Amans, a la cadena francesa Tele Sunday.
Transparencia Internacional, un organismo de control de la corrupción, ubicó en 2015 a Panamá en el lugar 72 de un total de 168 países en su ránking sobre transparencia (siendo 1 el más transparente y 168 el menos).
El mes pasado, la vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel De Saint Malo, dijo a BBC radio que su país está “totalmente comprometido” con el intercambio de información financiera.
De Saint Malo fue asimismo interrogada específicamente acerca de la firma basada en Panamá que está en el centro del escándalo de fuga de datos, Mossack Fonseca, y su papel en el enorme caso de soborno ocurrido en Brasil con la estatal petrolera Petrobras.
“Creo que eso debe ser aclarado”, admitió en la entrevista realizada el 7 de marzo. Dijo, sin embargo, que el sector financiero de su país “se rige por los más altos estándares internacionales”.
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