La Geithner, que el pasado 9 de marzo cumplió 49 años, se siente como de 20 y aseguró que está lista para emprender una nueva etapa en su carrera artística, pero esta vez en los Estados Unidos en donde espera iniciar una prometedora carrera, afirmó a la revista.
“Para mí la edad no existe, existen corazones muertos, conciencias pobres, parásitos sociales que viven quejándose de su destino y desgracia”, dijo la actriz y modelo colombo-mexicana al aceptar que pronto empezará a vivir un renovado ciclo para el que se está preparando con todo, incluido el dominio del inglés.
Eso ayuda a dibujar un poco mejor su personalidad y a entender por qué, hace 5 años, decidió congelar sus óvulos “con la posibilidad quizás de tener un hijo o dos más, sin embargo, ahora que estoy viviendo esta etapa deliciosa de logros, sueños por cumplir, la verdad no estoy muy segura de querer ser madre otra vez”, aseguró.
No obstante, no descarta la idea de ser madre por segunda vez (su hijo Demian ya tiene 17 años), pero es consciente de que esa es una responsabilidad para toda la vida.
Desde que debutó en 1989 en ‘La rosa de los vientos’, la Geithner ha cultivado una extensa carrera que le ha demandado tiempo y una dedicación permanente, pero en la que también ha “sido víctima de la manipulación, el chantaje y la mentira”, quizás por eso trata de alejar de su vida “todo lo negativo, la gente pesimista, grosera e impertinente”, aseguró la actriz a Momentos.
Geithner y la felicidad
Después de algunas relaciones que he tenido, hoy puedo decir con seguridad que mi felicidad no depende de nadie, ni siquiera de un hombre, puedo estar sola y disfrutar al máximo mi vida”, afirmó.
También dijo que detesta las dependencias afectivas, que no le gusta el amor rutinario y que no recomienda sostener una relación a base de mentiras “por el simple hecho de que están amarrados y no desean enfrentar su propia soledad”.
Pero tal vez lo más importante, en ese sentido, es que para la Geithner resulta muy desagradable ver que algunas mujeres “por falta de dignidad” son capaces de aguantar el irrespeto, maltrato y dominio de sus parejas.
Detesto la doble moral de parejas que viven dobles vidas manteniendo la imagen de mujeres casadas pero con amantes debajo de sus camas; detesto a la gente machista, tanto hombres como mujeres, que señalan con el dedo y no se dan cuenta que con ese mismo dedo serán juzgados; detesto a la gente negativa e irrespetuosa que no es capaz de ponerse en los zapatos del otro para hablar y criticar”, afirmó.
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