En la imagen, la desviación de su columna es evidente, especialmente en el lado izquierdo, donde se puede ver un relieve.
La rotación y curvatura de la columna empujan ese músculo hacia un costado y eso no lo cambia ni Mandrake. Yo quedé caminando con una pata “choneta” o sea, que tiene como un “rechanfle” para un lado, ( hablo en caleño ) es decir, el paso adelante no me sale derechito sino torcido, pero ¡lo aprendí a disimular muy bien! Al menos eso he creído”.
Ahí está mi cicatriz en toda la mitad, esa sí muy bonita por cierto y después de odiarla por muchos años ahora me siento muy orgullosa de ella. Escogí una foto atractiva, no fui capaz de más realismo”.
A principios de junio, de Francisco escribió un texto para la revista Cromos, en el que explica cómo nació su adicción al ejercicio, dependencia de la que no se ha podido “zafar”.
“Comenzó hace ya tres décadas, después de ser liberada de un corsé de yeso que me sujetó el torso durante nueve meses, mientras mi columna adhería una barra de metal a sus vértebras lumbares, inobjetable opción quirúrgica para corregir una escoliosis progresiva”, aseguró.
Además, hace aproximadamente un mes, describió en otra publicación, lo que sucede dentro de su cuerpo, pues debe vivir con varios “tornillitos” que le fueron introducidos en de 2 cirugías que le dejaron una cicatriz imborrable.
Desde la publicación de la imagen, cientos de sus seguidores le han publicado mensajes de apoyo y admiración, pues a pesar de su problema de salud, sigue entrenando arduamente, manteniendo su cuerpo musculoso y lleno de vitalidad.
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