Aunque la situación parece ser de vieja data, fue el concierto de los Stones el que provocó la reflexión del experto en música Chucky García, que escribió en El Tiempo una columna en la que se queja de la situación de esos grupos que introducen las presentaciones de los grandes artistas internacionales.

Después del concierto de los Rolling Stones, en la prensa “había de todo”, dice García, pero advierte que “de la banda nacional que abrió la noche no había prácticamente nada”.

Remarca que el grupo nacional incluso “mojó menos prensa que la famosa oblea que se comió Mick Jagger, y eso que estamos hablando de Diamante Eléctrico […], un grupo con los pergaminos suficientes para estar ahí, incluido un Latin Grammy a mejor álbum de rock”.

Se puso entonces en la tarea de preguntar en Twitter al respecto, pero recibió respuestas que después lamentó. En la red social le dijeron cosas como que la banda telonera era muy mala, o que no importaba porque el plato fuerte era otro, o que para qué poner un telonero si en todo caso la gente los va a chiflar…

De ahí le surgió otro interrogante: “¿Que una banda colombiana abra para una internacional es una blasfemia de tal grado que merece una rechifla o el desinterés del público y de los medios que cubren el concierto?”.

Pero García no se quedó con eso y les preguntó a cuatro profesionales de la industria en diferentes partes del continente, y ellos le ofrecieron opiniones que van desde recomendarles a los organizadores que les metan más “bombo” a los teloneros, pasando por el reconocimiento de que en Colombia el telonero parece más un colado que un invitado, hasta señalar casos en los que la gente no los tolera.

Uno de los consultados por García dio una buena primera aproximación de lo que les pasa a los teloneros:

‘Telonear’ ya no es ‘tocar antes’, sino ‘ponerse en tela de juicio’ y ‘capotear el matoneo’”.

Pero el mismo García remata con una definición aún más diciente sobre lo que significa ser telonero en Colombia:

Es como irse a la guerra por no perder el privilegio, y encima tener que ponerse la diana en el pecho para que le disparen desde los enemigos hasta los aliados”.