Este hombre, nacido en Socha y criado en Santa Rosa de Viterbo, era un referente para la literatura colombiana, pues su novela ‘La rebelión de las ratas’ era de lectura obligatoria en muchos colegios del país.
Soto Aparicio, además, fue autor de ‘Mientras llueve’, otro conocido texto que también hacía parte de los programas de lectura para los estudiantes de bachillerato.
El escritor, entrevistado por El Tiempo el año pasado, dijo varias palabras sobre lo que para él significaba la muerte:
Morir es lo más cierto de la vida. Pero no es justo que para llegar a la muerte se obligue a los seres humanos a un sufrimiento desmedido”.
“Morir debería ser, para el que muere, tan fácil como nacer, para el que nace. Después del nacimiento queda el milagro maravilloso de la vida. Después de la muerte, ¿qué? ¿Y para qué esa antesala pérfida y sádica del dolor? Me ha tocado (no en suerte; tampoco sé si en desgracia) una de esas enfermedades irreversibles y perversas. Pero voy a vivir hasta el último instante, hasta el aliento final, hasta el postrer destello. ¿Después? No sabremos, nunca sabremos, si habrá un después”, agregó el escritor.
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