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Escrito por:  Óskar Ortiz
Estratega SEO     Dic 21, 2025 - 9:11 am

Así como Jessica Cediel expuso una gran tristeza, otra de las figuras con gran reconocimiento en Caracol Televisión vivió una complicación que salió a flote debido a un tema de salud.

Se trata de Amparo Pérez, cuya situación fue revelada en la emisión del sábado 20 de diciembre de 2025 de ‘La red’, donde se explicó el proceso que desembocó en una hospitalización de 8 días.

La defensora del televidente de Caracol Televisión fue diagnosticada con herpes zóster, conocido comúnmente como culebrilla, lo que le causó los dolores intensos.

“Todo comenzó con una picazón en la cabeza que inicialmente confundió con una picadura de zancudo, pero el malestar fue avanzando y el dolor se extendió al oído, el cuello y la clavícula, hasta que los médicos le diagnosticaron la enfermedad que la mantuvo en la clínica”, indicó el magacín.

La comunicadora tiene 69 años de edad y lleva cerca de cinco décadas en medios de comunicación como periodista y presentadora, por lo que su caso no pasó desapercibido.

“Durante su tratamiento recibió cerca de 40 inyecciones en distintas partes del cuerpo, como brazos, cuello e incluso los oídos. Por fortuna, hoy ya se encuentra en casa, en proceso de recuperación”, sentenció ‘La red’.

Lo llamativo fue cómo se desarrolló este caso, que es delicado en el escenario en el que no se atienda con prontitud.

¿Cuáles son los síntomas del herpes zóster?

El herpes zóster se caracteriza por una serie de síntomas que pueden variar en intensidad. Según la Clínica Mayo, los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor y ardor: uno de los primeros síntomas suele ser un dolor o ardor en una zona específica de la piel, generalmente en un solo lado del cuerpo. Este dolor puede ser intenso y suele preceder a la aparición de la erupción.
  • Erupción cutánea: al poco tiempo del dolor, aparece una erupción que se desarrolla en forma de pequeñas ampollas llenas de líquido. La erupción generalmente sigue un patrón en una franja, afectando áreas como el torso, la cara o el cuello.
  • Picazón: además del dolor, las personas pueden experimentar picazón en la zona donde se desarrollará la erupción.
  • Sensibilidad en la piel: la piel en la zona afectada puede volverse extremadamente sensible al tacto, lo que hace que incluso el roce de la ropa o la cama cause incomodidad.
  • Fiebre y malestar general: algunas personas experimentan fiebre leve, fatiga, dolor de cabeza y malestar general, especialmente en los primeros días de la infección.
  • Escalofríos: en algunos casos, se pueden presentar escalofríos acompañados de fiebre.

Es importante destacar que los síntomas pueden comenzar de manera gradual, y la erupción suele durar entre 7 y 10 días, aunque el dolor puede persistir por más tiempo.

En algunos casos, pueden desarrollarse complicaciones como la neuralgia postherpética, que se caracteriza por un dolor prolongado después de que las lesiones han desaparecido. Si se sospecha de herpes zóster, es fundamental consultar a un médico para recibir tratamiento adecuado.

¿Cómo se contrae el herpes zóster?

El herpes zóster, también conocido como ‘shingles’, es una infección viral que se presenta como una erupción dolorosa en la piel, usualmente en un solo lado del cuerpo. Esta enfermedad es causada por el mismo virus que provoca la varicela, el virus varicela-zóster. Después de que una persona ha tenido varicela, el virus permanece latente en el cuerpo, en los ganglios nerviosos. Años después, el virus puede reactivarse y causar herpes zóster.

El herpes zóster no se transmite directamente como la varicela, pero es posible que una persona sin antecedentes de varicela o que no haya recibido la vacuna contra la varicela se infecte al entrar en contacto con las lesiones de herpes zóster. En este caso, la persona contraería varicela, no herpes zóster.

El riesgo de transmisión se da principalmente cuando las lesiones están en su fase activa, ya que el virus se encuentra en las costras y fluidos de las ampollas.

Las personas con sistemas inmunológicos debilitados son más susceptibles a desarrollar herpes zóster, como aquellos que han recibido tratamientos inmunosupresores, los que tienen VIH/SIDA o aquellos mayores de 50 años. La estrés, las enfermedades y el envejecimiento son factores que pueden desencadenar la reactivación del virus.

El herpes zóster no se transmite por contacto casual o por el aire, y una persona con herpes zóster no puede contagiarse a sí misma en otra parte del cuerpo. Es importante consultar al médico si se presentan los primeros síntomas

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