Sun Yang, que ganó 2 medallas en Londres en 2012, en los 400 metros y 1.500 metros en estilo libre, es descrito como imbécil por haber provocado una crisis de tensión arterial y problemas en la tiroides a su entrenador, Zhu Zhigen, al echarlo porque lo criticó por ser laxo con sus entrenamientos, dedicarle más tiempo a actividades comerciales y andar con una azafata, según Slate, que cita a ‘The Australian’ como fuente del incidente.

Pero la medalla de oro en imbecilidad la consiguió por sus excusas: cuando manejaba en el 2014 su carro sin licencia y estrelló su carro contra un bus dijo que lo hizo “porque estaba enfocado en el entrenamiento y la competencia, y tenía un vago conocimiento de la ley, lo que lo llevó a cometer el error”; y, cuando le detectaron doping, dijo que era porque “una droga que tomó contra el dolor de pecho tenía (la sustancia llamada) trimetazidine”.

¿Algo más? Claro. Se retiró de la final de los campeonatos mundiales en la prueba de 1.500 metros libres argumentando, otra vez, dolores de pecho.

El hecho coincidió con una refriega que tuvo un calentamiento, en la que codeó y pateó a la nadadora brasileña Larissa Olivera, porque, simplemente lo molestó, dice Slate.

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