Lane, según los investigadores, habría fingido un embarazo para evitar que su esposo la dejara. Y luego, para cimentar el engaño, habría decidido atacar a una embarazada para robarle el feto. En su red de mentiras cayó Wilkins, que al momento del ataque tenía 7 meses de embarazo.
Tras golpear a Wilkins y dejarla inconsciente, Lane cortó con dos cuchillos de cocina el vientre de la víctima y retiró al bebé. La dejó tendida en el suelo, tomó el feto y se presentó con él a un hospital asegurando que había tenido un aborto espontáneo. La víctima logró llamar a la policía, fue sometida a una cirugía y sobrevivió al ataque.
La agresión se produjo en marzo de 2015, en Longmont (Colorado), y Lane fue hallada culpable en febrero pasado de tentativa de homicidio, interrupción ilegal de un embarazo y agresión con arma blanca. Su sentencia definitiva a cien años de cárcel se conoció este viernes. Por las leyes actuales de Colorado, no se presentaron cargos contra Lane por la muerte del bebé.
La magistrada María Berkenkotter, del condado Boulder (Colorado), justificó la condena dada la brutalidad del crimen que comparó a realizar una cesárea con un cuchillo de cocina. Según la juez, la mujer fabricó toda una sarta de mentiras para fingir estar embarazada.
Cuando la jueza le pregunto a Lane si tenía algo que decir, la sentenciada respondió: “No”.
“Su embarazo fue una fantasía narcisista que usted creó y que fue más importante para usted que mi vida y la de mi hija”, dijo Wilkins durante el proceso, según señala el diario The Times Call.
La abogada encargada de la defensa señaló que Lane había quedado profundamente afectada por la muerte de su pequeño hijo en 2002.