Boogart tiene cáncer de piel y una masa en su riñón, permanece acostado en una camilla, pero nada de esto le impide tejer, al menos un gorro cada 2 días, desde el asilo en Grandville, EE. UU., informa Fox 17.
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“¿Por qué lo hago? solo me hace sentir bien. Esto ha sido lo mejor que me ha pasado”, dice Boogart, agradecido porque puede seguir tejiendo sin moverse o salir de su habitación.
En todos estos años, Boogart ha tejido más de 8.000 gorros. Decenas de ellos se guardan en cajas para ser enviados a diferentes refugios.
A su lado derecho, una caja con ovillos de lana esperan ser tejidos y a su izquierda, una foto de su fallecida esposa, Donna Mae.
“No es una gran historia, pero significa mucho para mí”, dice Boogart.
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