Según el ente emisor, a partir del jueves circularán nuevos billetes de 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares. Este último pasa a ser el de mayor valor, frente al de 500, y equivale a 8,1 dólares.
La nueva especie de 50.000 supera el salario mínimo, de 40.000 bolívares (6,5 dólares), y alcanzará para unos dos kilos de carne. El billete de 500 bolívares no compra ni un huevo, que cuesta 900.
Los nuevos billetes se sumarán al cono monetario que entró en vigencia el pasado 20 de agosto, con cinco ceros menos, y que se ha quedado rezagado por una inflación que según el gobierno alcanzó 130.060 % en 2018.
El FMI, sin embargo, prevé que ese índice terminó en 1.370.000 % el año pasado y trepará a 10.000.000 % en 2019.
Las nuevas denominaciones buscan “hacer más eficiente el sistema de pagos y facilitar las transacciones comerciales”, señaló el BCV en un comunicado, indicando que se emitirán “paulatinamente”.
La medida se anuncia luego de que el pasado 29 de mayo el BCV rompiera un silencio estadístico de tres años para revelar la inflación de 2018 y que el PIB se redujo a la mitad desde 2013, cuando el presidente Nicolás Maduro asumió el poder.
Otrora potencia petrolera, Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia reciente, con escasez de productos básicos y una caída de su vital producción de crudo.
“Poco funcional”
Maduro lanzó en agosto pasado un programa de reformas que incluyó la eliminación de cinco ceros al bolívar y una depreciación de 96 %, y prometió poner fin a la emisión de dinero sin respaldo, principal combustible de la inflación según analistas.
Pero desde entonces la moneda se ha depreciado adicionalmente 99,01 %.
El fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) ya había eliminado tres ceros a la moneda en 2008.
Aunque hacían falta billetes de mayor denominación por el desbocado costo de vida, el cono monetario seguirá siendo insuficiente como medio de pago, opina el analista Henkel García.
“Esta no es la manera correcta. Al saltarse tantas denominaciones queda un cono muy poco funcional”, aseguró a García, director de la firma Econométrica.
Ante la destrucción del bolívar, Venezuela experimenta una dolarización de facto desde hace meses, mientras que en estados fronterizos como Táchira (oeste) la moneda de curso es el peso colombiano.
Medios de pago alternativos
Además de su baja capacidad de compra, el efectivo escasea: diariamente se pueden retirar del banco máximo 23.000 bolívares (3,7 dólares). Debido a ello, los venezolanos dependen de sus tarjetas de débito o crédito hasta para pagar un pan.
Pero los medios de pago vinculados con las franquicias Visa, Mastercard y Maestro podrían verse afectados por las sanciones de Estados Unidos en su presión contra Maduro y en apoyo a Guaidó, advierte el BCV, de línea oficialista.
Por ello, el pasado 22 de mayo el emisor ordenó a la banca desarrollar un sistema de pagos independiente de esas franquicias.
Este miércoles, el Banco de Venezuela (público) presentó la primera de esas plataformas, que operará como una banca móvil, según dijo para sortear “las amenazas y recientes sanciones” de Washington.
El gobierno de Donald Trump ha descargado una batería de sanciones contra el gobierno de Maduro desde 2017, que incluye una prohibición para negociar crudo venezolano en el sistema financiero estadounidense y para transar con el BCV, lo que limita su acceso a dólares.
El crudo representa 96% de los ingresos del país, pero su producción se derrumbó de 3,2 millones de barriles diarios a cerca de un millón en la última década.
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