Según indicó la presidencia a las agencias de prensa rusas, Alexander Bortnikov, el director del FSB, los servicios de seguridad, “informó a [el presidente Vladimir] Putin de la detención de 11 personas, entre ellas los cuatro terroristas directamente implicados en el atentado”.
El Comité de Investigación, competente en este tipo de crímenes, indicó que el número de fallecidos subió a 93, después de que el anterior balance hablara de más de 60.
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“Por el momento se ha establecido que murieron 93 personas. Se espera que el balance de fallecidos aumente”, dijo el organismo en un comunicado publicado en Telegram.
El Comité dijo que la gente murió por disparos pero también por inhalación de humo, ya que tras el asalto hubo un gigantesco incendio en el lugar del ataque, la sala de conciertos Crocus City Hall de Krasnogorsk, en la periferia de Moscú.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) afirmaron que los sospechosos de cometer el mortal ataque “tenían contactos” en Ucrania, a donde supuestamente planeaban huir.
“Tras cometer el atentado terrorista, los criminales tenían previsto cruzar la frontera entre Rusia y Ucrania y tenían contactos adecuados del lado ucraniano”, indicó el FSB, citado por la agencia estatal TASS.
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