El texto de The Economist cuestiona las capacidades de Mark Zuckerberg como gerente de una de las empresas más grandes del mundo, cerca de un año después de que se escucharon diferentes voces que lo postulaban para que se convirtiera en presidente de Estados Unidos y dirigiera la nación más poderosa del mundo.
Pero no se queda allí: también recuerda que el fundador de Facebook tardó 5 días en darles la cara a sus usuarios, y cuando lo hizo, reconoció que su compañía los había defraudado en el pasado. Sin embargo, parecía no ser consciente de que la confianza en su plataforma está muy minada. Con toda razón, dicho sea de paso.
Pero la confianza no solo está rota con Facebook, a juzgar por lo que dice el laboratorio de datos Pew Research Centre, que indica que hoy en día la mayoría de los estadounidenses no se sienten confiados con las compañías de redes sociales. Por eso, The Economist dice que tanto Mark Zuckerberg como la industria en la que se mueve deben cambiar rápido.
De acuerdo con la publicación, los políticos europeos y ahora los estadounidenses creen que Faceboook está fuera de control, en un contexto en el que las noticias falsas son el pan de cada día. No en vano, se espera que Zuckerberg responda ante los congresos a ambos lados del Atlántico ante el escándalo, que tiene dimensiones que eran impensadas en otro momento.
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Finalmente, The Economist asegura que Facebook está equivocado si cree que lo único que debe hacer es cambiar su forma de operar. Igual las empresas similares que creen lo mismo, ya que lo que deben saber es que su modelo comercial, tan rentable como para poner a Zuckerberg casi en la cima de los hombres más ricos del mundo, está en riesgo.
Y explica: Facebook se dedica a recoger los datos de los usuarios que pasan horas pegados a sus teléfonos celulares para sacarles provecho económico con compañías que necesitan esa información, principalmente con fines publicitarios. Pero con el escándalo recién destapado y con las personas más informadas al respecto, el negocio puede estar en serio peligro.
Si la red social más popular del planeta termina como una “entidad regulada”, sus ganancias podrían caer hasta en un 80 %. ¿Y cómo haría don Zuckerberg para mantener sus miles de millones de dólares? Ahí está el grueso del asunto.