Más como un ‘showman’ que como un político al uso, el empresario sorprendió a última hora del lunes a los miles de compromisarios que abarrotaban el pabellón Quicken Loans y esperaban con impaciencia el discurso de su tercera esposa, la exmodelo eslovena Melania Trump.

“Damas y caballeros, es para mí un gran honor presentar a la próxima primera dama de EE. UU.”, afirmó el multimillonario, tras salir al escenario iluminado como una silueta y al ritmo ensordecedor de la canción de Queen “We are the champions” (“Somos los campeones”).

“Vamos a ganar. Y vamos a ganar a lo grande”, agregó un eufórico y sonriente Trump, recibido con una cerrada ovación, antes de cederle el protagonismo a su esposa, cuyo discurso había suscitado notable expectación en la primera jornada de la convención.

El magnate llegó poco antes a Cleveland en su avión privado, en un gesto poco habitual en estos cónclaves, a los que los candidatos a la Casa Blanca suelen acudir el último día, cuando se produce su proclamación oficial como aspirantes a la Presidencia.

La presencia del multimillonario neoyorquino, que recordó a sus tiempos de presentador del programa de televisión ‘The Apprentice’ (‘El aprendiz’), animó una convención sacudida horas antes por una rebelión de delegados de la facción ‘Never Trump’ (‘Nunca Trump’).

Tras la insurrección en el Quicken Loans, donde los gritos provienen normalmente de los seguidores del equipo de baloncesto Cavaliers (flamantes campeones de la NBA), los invitados a hablar ante el auditorio arroparon al magnate.

El bálsamo llegó en una serie de intervenciones dedicadas a asuntos de seguridad bajo el lema “Hacer a EE. UU. seguro de nuevo”, que parafrasea el lema de campaña “Hacer a EE. UU. grande de nuevo” de Trump, quien se postula como el “candidato de la ley y el orden”.

Especialmente apasionada resultó la alocución de Rudy Giuliani, el alcalde que sostuvo a Nueva York durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y amigo personal del empresario durante “casi treinta años”.

“Él será un buen presidente”, remarcó Giuliani, al declararse “harto de la difamación contra Donald Trump por parte de los medios” y la campaña de la virtual candidata demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton.

Horas antes, después del mediodía, el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC, ejecutiva del partido), Reince Priebus, había inaugurado oficialmente el cónclave con un golpe de martillo y la consigna “¡Orden en la convención!”, como manda la tradición,.

No faltó la pompa y circunstancia patriótica que aderezan las convenciones, desde el juramento de lealtad a la bandera de EE. UU. hasta la interpretación del himno nacional por parte de un grupo infantil.

Reince también pidió un momento de silencio en homenaje a los ocho policías asesinados a tiros en los últimos once días (cinco en Dallas y tres en Baton Rouge) en EE. UU., en medio de la tensión que vive el país por los casos de violencia policial hacia las minorías, particularmente la afroamericana, que han causado víctimas mortales.

“Nuestra nación llora cuando vemos estos terribles asesinatos”, afirmó el presidente, al llamar “héroes” a los policías y admitir que Estados Unidos vive “tiempos inquietantes”.

Esos comentarios dieron paso a un ambiente más festivo en el pabellón, amenizado por el grupo “The G.E. Smith Band”, que levantó de sus asientos e hizo bailar a los delegados al ritmo de rock and roll, género que cuenta con un Museo de la Fama en Cleveland.

El conjunto abrió su repertorio con la famosa canción ‘Happy Together’ (Felices juntos’), de The Turtles, toda una declaración de intenciones en un partido dividido en torno a Trump que busca proyectar en Cleveland una imagen de unidad.

A menos que se saque otra sorpresa de la manga, el magnate inmobiliario regresará a Cleveland el miércoles, un día antes de su “coronación” como candidato republicano a la Casa Blanca.

EFE