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Las principales clientes son estudiantes universitarias, para quienes es difícil acceder a créditos por medios tradicionales, explica The Telegraph.
Los ‘tiburones de los préstamos’ (traducción literal de ‘loan sharks’) solicitan la tarjeta de identificación, los datos de contacto de la familia, y las fotografías de la estudiante —desnuda y sosteniendo su documento—, afirma ‘Li Li’, seudónimo de una acreedora entrevistada por el Southern Metropolis Daily.
Cuando se produce el impago, los prestamistas envían copias de las fotografías a las jóvenes y amenazan con hacérselas llegar a sus padres y hacerlas públicas en las redes sociales.
Wen Daoquan, un abogado consultado por Financial Times, explica que “la usura en sí no es ilegal, pero los prestamistas no pueden usar ‘medios inapropiados'”.
Al ser una transacción concertada, la mayoría de las deudoras evitan denunciar y se convierten en ‘rehenes’ virtuales de los usureros.