En pleno centro de Bruselas, seis personas fueron detenidas la noche del jueves. Tres de ellas estaban “frente a nuestra puerta”, señaló un portavoz de la fiscalía, Eric Van Der Sypt.

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En una operación paralela en París, la policía detuvo a un francés miembro de “una red terrorista que proyectaba atacar en Francia”, según el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve.

El ministro precisó que de esta manera se “frustró un proyecto de atentado en Francia que estaba en una fase avanzada”.

El detenido, identificado como Reda Kriket, de 34 años, había sido condenado en rebeldía en Bruselas en julio pasado con Abdelhamid Abaaoud, presunto cerebro de los atentados del 13-N en París, en un juicio contra una red yihadista que reclutaba combatientes para ir a Siria.

Por ahora, la policía no ha encontrado vínculos entre este hombre y los seis detenidos en Bruselas.

La detención del francés llevó a la policía hasta un apartamento de la periferia norte de París, donde se encontró una pequeña cantidad de TATP, un explosivo de fabricación casera frecuentemente utilizado por los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), e ingredientes para fabricarlo, como acetona o agua oxigenada.

Estos nuevos arrestos no acallaron las críticas por los “errores” en el seguimiento de uno de los tres suicidas de los atentados del martes, en los que murieron al menos 31 personas y que fueron reivindicados por el EI.

Entre tanto la policía belga sigue buscando a por lo menos dos hombres filmados por cámaras de vigilancia, que acompañaban a los kamikazes que se hicieron estallar en el aeropuerto internacional de Bruselas y en la estación de metro Maalbeek, en el corazón del barrio europeo.

Tras tres días de luto nacional, el gobierno belga rebajó un escalón (a 3) el nivel de alerta antiterrorista.

Sin embargo, la presencia policial y militar en las calles de la capital belga sigue siendo elevada en esta Semana Santa.

AFP