Este domingo ya había andamios y paneles de protección blancos alrededor del sitio, y una estructura metálica se había puesto en la entrada a la tumba para proteger a los turistas que vayan a visitarla una vez las obras comiencen.
La Custodia había garantizado que la tumba de Cristo permanecería abierta y visible para los visitantes también durante los trabajos de restauración.
La tumba, un edículo de mármol de varios metros de alto y largo, llevaba décadas sostenido por una estructura metálica, que mantiene juntos los bloques de piedra.
Este pabellón situado bajo la cúpula de la iglesia sobre el sitio de la gruta donde, según la tradición cristiana, fue depositado el cuerpo de Cristo tras su muerte, será desmontado y reconstruido de forma idéntica, indicó la Custodia.
Solo las piezas más frágiles o rotas serán reemplazadas; las placas de mármol que puedan ser conservadas serán limpiadas y la estructura que las aguanta, fortalecida.
Los trabajos serán financiados por las tres principales confesiones cristianas del Santo Sepulcro (franciscanos, armenios y griegos-ortodoxos), así como por contribuciones públicas y privadas.
La restauración, que según está previsto, durará ocho meses, ha sido confiada a un equipo griego. Para principios de 2017 la tumba de Cristo debería lucir como nueva.