“Me hicieron botar casi 500 onzas de leche a la basura. Me hicieron botar casi dos semanas de comida para mi hijo”, escribió la madre, Jessica Coakley Martinez, en una extensa publicación de Facebook donde explica que se encontraba en un viaje de trabajo de 15 días y que en esos días extrajo la leche que pretendía llevar de regreso a su casa en EE. UU.
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De acuerdo con el Washington Post, Coakley fue forzada a deshacerse de la leche porque el límite de líquidos permitidos en el equipaje de mano en el aeropuerto de Heathrow es de 100 mililitros, unas 3.4 onzas y que cantidades más grandes deben ir en el equipaje facturado. La excepción con la leche materna se hace solo cuando la madre viaja con el bebé, lo que no era el caso de Coakley, según recoge BBC.
La madre añadió que si bien estuvo dispuesta a registrar la leche como equipaje facturado, le dijeron que eso no era posible porque ya había cruzado una frontera y debería volver a ingresar al aeropuerto y registrar la leche. Coakley también dijo estar dispuesta a hacer esto, pero según su publicación, no le devolvieron la leche porque ya era un ‘producto no conforme’ y debía ser confiscado.
La mujer argumentó además que unas 300 onzas de la leche estaban congeladas y no contaban como líquido, pero que las autoridades no la dejaron facturar el bloque sólido porque podría derretirse.
“Esto no era una botella rara de vino o un perfume de lujo que estuviera tratando de negociar como equipaje de mano. Esto era muy personal. Esto era la salud y alimento de mi hijo. Este era el dinero que ahora tendré que gastar en comprar leche de formula lo que no era necesario”, añadió la mujer.
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