La muerte de Badreddine se habría registrado cerca del aeropuerto Internacional de Damasco, según informó este viernes el movimiento, que no precisa el origen ni la fecha y describe el ataque como una “gran explosión”.
“Vamos a continuar la investigación para determinar la naturaleza y las causas de la explosión, y saber si se debió a un bombardeo aéreo, a un misil o a un disparo de artillería”, precisó el grupo sin señalar a nadie.
El movimiento chiíta armado libanés, que libró una guerra contra Israel en 2006, suele acusar a Israel del asesinato de sus líderes armados, pero en esta ocasión no se refiere directamente al Estado hebreo.
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Badreddine era el más importante responsable de Hezbolá abatido desde el asesinato en febrero de 2008 en Damasco de su predecesor, Imad Moughniyé. El movimiento libanés, aliado de Irán, acusó de este asesinato a Israel, que negó cualquier implicación.
También era uno de los cinco miembros del movimiento chiita acusados del asesinato de Rafic Hariri, ex primer ministro libanés abatido en un atentado en Beirut en 2005. Además, el Tesoro de Estados Unidos también le había impuesto sanciones por el “apoyo activo [del partido] al régimen de Al-Ásad y las acciones terroristas del Hezbolá”.
Unas horas antes de su muerte, Hezbolá afirmó que el jefe militar “hace unos meses dijo: ‘No volveré de Siria si no es como mártir o portando la bandera de la victoria'”.
Al-Ásad, por su parte, encargó al embajador sirio en Beirut, Alí Abdelkarim, que presente sus condolencias al grupo declarado como terrorista por EE.UU.
Con información de agencias.
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