“La ciudadana tuvo un problema con la pizzería debido al poco queso que tenía su pizza; al parecer no le gustó la respuesta del establecimiento porque llamó a emergencias (911)”, dijo el agente Geoff Higdon, de la policía de Terranova, señala The Globe and Mail.
Según el policía, la gente presume que llamar a la comisaría les puede solucionar cualquier problema, cuando no es así: “El 911 es un número solo para emergencias. Uno no puede estar llamando por dedos tropezados y dolores de garganta”, dice, contrariado, el oficial.
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El hombre comenta que las llamadas más comunes tienen que ver con gente que quiere opinar sobre algo, o personas que requieren números de servicios, teléfonos o direcciones de establecimientos comerciales, como si el 911 fuera el número de las ‘páginas amarillas’.
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