La pequeña de 6 años, Elizabeth “Lizzy” Myers, que vive en Ohio (EE. UU.), asistió a la audiencia general que el papa Francisco ofreció hoy en la Plaza de San Pedro del Vaticano y, al término, pudo saludarle e intercambiar con el pontífice unas palabras.

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Durante unos minutos, el papa bendijo los ojos de Myers, le acarició la cara y le aseguró que rezará por su familia, mientras que la niña regaló a Jorge Bergoglio “un pequeño meteorito”, dijeron los padres en una rueda de prensa.

Lizzy Myers padece síndrome de Usher, un trastorno genético que causa sordera y ceguera congénita, y había expresado a sus padres “el deseo de conocer” a Bergoglio.

La intención de los padres de Myers de cumplir el deseo de su hija y viajar al Vaticano antes de que perdiera la vista y el oído fue recogida por medios de comunicación de todo el mundo.

Además, generó un movimiento solidario que culminó con la invitación a toda la familia por parte de la compañía aérea Turkish Airlines de viajar sin coste a Roma, según medios locales.

Este acto recuerda las especulaciones sobre si Francisco tiene poderes para sanar enfermos al imponerles las manos. El año pasado, una familia estadounidense aseguró que el papa había logrado cerrar los orificios que tenía su hija de tres meses en el corazón, luego de sostenerla en sus brazos, durante un desfile del Sumo Pontífice en la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII en abril de 2014, recoge USA Today.

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AFP PHOTO / TIZIANA FABI / Pope Francis caresses five-year-old Lizzy Myers (R) from the United States who suffers from a rare genetic disease which will take away her hearing and gradually make her blind, at the end of the Pope's weekly general audience at Vatican on April 6, 2016. / AFP PHOTO / TIZIANA FABI

con EFE