El avión del pontífice argentino aterrizó con 15 minutos de adelanto sobre el horario previsto, a las 10H04 locales (2:04 am en Colombia), en el aeropuerto de Mitilene, capital de la isla, donde le esperaba el primer ministro griego Alexis Tsipras.
“Es un viaje un poco diferente de los demás. Un viaje marcado por la tristeza (…) Vamos a encontrarnos con la peor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”, declaró el papa durante el vuelo a los periodistas que viajaban con él.
Vamos a ver a tanta gente que sufre, que huye y que no sabe adónde ir. Y vamos también a un cementerio, el mar. Hay tanta gente que nunca llegó”, agregó.
Antes de visitar a los refugiados, Francisco se reunió con el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé, y con el arzobispo ortodoxo de Atenas y Grecia, Jerónimo.
Los tres líderes religiosos se desplazaron luego en minibús hasta el centro de acogida de Moria, un campamento en medio de colinas de olivos, donde unos 3.000 inmigrantes viven hacinados a la espera de ser expulsados.
El órgano griego de coordinación de la política migratoria (SOMP) afirmó que el sumo pontífice quiere llevar al Vaticano a algunos refugiados que pertenecen a “grupos vulnerables” y “llegaron a Lesbos antes de la entrada en vigor del acuerdo entre la UE y Turquía” que permite la expulsión de migrantes, afirmó el SOMP sin entrar en detalles.
Según la televisión pública ERT, se trata de tres familias alojadas en el campamento de Kara Tepe elegidas por sorteo.
La agencia de prensa griega Ana afirmó que el papa quiere llevarse a estos refugiados -unos 10 en total- a bordo de su avión cuando se vaya por la tarde de Lesbos. El SOMP no ha confirmado cómo y cuándo se haría.
AFP
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