Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Pablo Moreno   Jul 21, 2023 - 2:35 pm
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El 16 de julio de 1945 detonó la primera prueba de una bomba nuclear creada por Estados Unidos. El artefacto de implosión de plutonio, que recibió el nombre de Trinity, hacía parte del proyecto Manhattan, un proyecto de investigación y desarrollo que produjo las primeras armas nucleares, durante la Segunda Guerra Mundial.

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Aquel día de 1945, en lo alto de una torre de metal de cien pies de altura, ubicada en una zona remota de Alamogordo, Nuevo México, (uno de los estados de EE.UU.) estalló aquella bomba, de la que J. Robert Oppenheimer y los otros investigadores del Proyecto Manhattan, poco sabían como se comportaría.

Los efectos de la detonación fueron más graves de lo que esperaban. La nube en forma de hongo irradiada fue más alta en la atmósfera de lo esperado: entre 50,000 y 70,000 pies. Los investigadores en aquel momento no sabían a donde irían estas radiaciones.

En este sentido, una reciente investigación, que aún no ha sido revisado por pares, estudió las consecuencias de Trinity. Afirman que la lluvia radiactiva llegó a 46 estados, e incluso alcanzó al lago Crawford en Ontario, Canadá, durante los primeros diez días después de la detonación.

Si bien, la cantidad de lluvia radiactiva de este artefacto no pudo ser calculada con exactitud, los investigadores sostienen que Nuevo México, ubicado al sur de Estados Unidos, fue el estado más afectado. También indican que, Socorro, uno de los condados de Nuevo México, tuvo las disposiciones de radiaciones más altas.

De acuerdo con el estudio, en Nevada, Utah, Wyoming, Colorado, Arizona e Idaho, hubo grandes deposiciones. Para Alex Wellerstein, historiador nuclear del Instituto de Tecnología Stevens en Nueva Jersey, los participantes del proyecto no tenían claro cómo los materiales radiactivos llegarían a los ecosistemas cercanos y lejanos.

“Estaban conscientes de que había peligros radiactivos, pero estaban pensando en un riesgo agudo en las áreas alrededor del sitio de la detonación inmediata. Realmente no estaban pensando en los efectos de las dosis bajas en grandes poblaciones, que es exactamente el problema de las consecuencias”, afirmó Wellerstein a The New York Times.

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Para llegar a estas conclusiones, el equipó empezó hace 18 meses a estudiar las consecuencias de Trinity. Para ello, usaron un software creado por Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y datos meteorológicos históricos descubiertos recientemente. Los hallazgos sugieren que la detonación de Trinity tiene implicaciones para la exposición de la población, la contaminación, la salud pública y el medio ambiente.

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