Mientras tanto, los mexicanos, que ha despertado la solidaridad mundial ante los ataques xenófobos de Trump, devuelven colombianos todos los días, muchas veces basados en simples prejuicios por el aspecto de los viajeros, que hacen recordar la discriminación migratoria en Estados Unidos basada en lo que en alguna época se dio en llamar ‘perfiles raciales’.
A pasar de que, teóricamente, no existe visa, llegar a ese país resulta más complicado que hacerlo a Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con una denuncia de El Espectador, desde enero del 2013 a abril de 2016, 4.975 colombianos han sido rechazados por México y su pasaporte marcados como ‘inadmitidos’. En contraste, Colombia solo ha rechazado 167 mexicanos.
Estos datos lo entrega el periódico como contexto de la denuncia de los maltratos a los que fue sometida la joven colombiana Natalia Méndez Sarmiento, que fue inadmitida sin explicaciones con la advertencia de que no podría volver a intentar ingresar antes de 6 meses, simplemente por su aspecto de ‘mochilera’.
“Procedente de Bogotá, el 14 de abril, en el vuelo 2933 de Interjet, hacía las 5 a.m., Natalia llegó al aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México. Y comenzó lo de siempre. Mirada de arriba abajo y al detalle de los guardias de inmigración. Preguntas agresivas y desobligantes. Envío a un cuarto aislado sin posibilidad de comunicación ni alimento. Nueva revisión de documentos. Llenado de un formulario especial. Requisa y exigencia de poseer US$150 diarios. Luego, despojo de algunas prendas y accesorios. Cambio de sitio con colchones en mal estado y olores putrefactos. En compañía de otra colombiana, una cubana y una africana. Casi seis horas después de su arribo al aeropuerto y con respuestas monosilábicas, un funcionario de Migración se dignó a señalarle a Natalia: “Yo no respondo preguntas. ¿Usted viene de Bogotá? Pues para Bogotá se devuelve””, dice El Espectador.
Lo que diferencia este caso es que Méndez Sarmiento inició una batalla para obtener explicaciones de las autoridades mexicanas y apoyo de la cancillería colombiana. Pero las explicaciones, en especial de la Cancillería colombiana, son insatisfactorias, vagas, genéricas, e invocan la autonomía de un país para permitir el ingreso de extranjeros. Pero nada de eso explica las arbitrariedades.
“El Instituto Nacional de Migración de México dice que presentó inconsistencias en la entrevista de filtro… Por su parte, Arnulfo Valdivia, embajador de México en Colombia, le respondió a la afectada: “comparto con usted que su queja ha sido enviada a diversas autoridades de nuestro país, a fin de que se tomen las medidas que eviten situaciones como la sucedida a su persona””, dice el periódico.
El caso de Méndez Sarmiento, y otros que menciona El Espectador, pero que no son los únicos, contrasta con los pronunciamientos del mismo embajador mexicano para promover el turismo hacia su país, y los de funcionarios colombianos que dicen que hay que aprender de ese país. Tal vez ese tratamiento no es el camino.
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