Más de un millón de migrantes llegaron a Europa desde enero de 2015, provocando la peor crisis migratoria en Europa desde 1945. En lo que va del año llegaron más de 150.000 migrantes.
El acuerdo revisado, luego de la propuesta de Ankara del 7 de marzo, contempla que Turquía acepte a partir del domingo a todos los migrantes que lleguen a Grecia. Supone también que por cada refugiado sirio reenviado hacia Turquía, la UE acepte a un refugiado de los 2,7 millones que se encuentran en Turquía.
Este plan despertó numerosas críticas, tanto por su legalidad en relación a la legislación internacional, como por las concesiones que el gobierno de Ankara pedía a la UE.
Numerosos gobiernos europeos se inquietan ante lo que consideran derivas autoritarias de Ankara.
“No es un buen acuerdo”
El acuerdo revisado “contiene los puntos señalados anoche [jueves]” cuando los líderes de la UE trazaron las líneas rojas sobre las que Tusk no debía ceder frente a Davutoglu, indició una fuente europea.
Según la versión revisada del acuerdo, queda explícito que la expulsión de migrantes se hará acorde a la legislación internacional y europea. Se agregó que “se debía respetar el principio de no-devolución y que no podía haber expulsiones colectivas”, el análisis de los casos será individual.
La ONU advirtió sobre el posible riesgo de expulsiones colectivas. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró que “construir muros, discriminar gente o expulsarlos no es una respuesta al problema”.
Entre tanto, la preocupación de Turquía, explicó la fuente, era la lentitud en el desembolso de la ayuda financiera. Se pusieron de acuerdo para acelerarlo y para identificar en una semana los proyectos concretos a financiar. Aceptaron asimismo una ayuda adicional de 3.000 millones de euros.
La UE ya había concluido un acuerdo con Turquía en noviembre por el cual Ankara reforzaría la lucha contra el tráfico ilegal, aceptaba recibir a los migrantes económicos, esto a cambio de una ayuda financiera de 3.000 millones de euros, y abrieron un nuevo capítulo en el proceso de adhesión (de 35).
“La parte más difícil, una que satisface a las dos partes, es la de impulsar las relaciones entre la UE y Turquía y abrir nuevos capítulos” en las negociaciones de adhesión al bloque, añadió.
Las partes convinieron limitar la apertura de nuevos capítulos a uno, el relativo a las provisiones financieras y presupuestarias, añadió, precisando que esto “es aceptable para Chipre”.
La UE también aceptó fijar “a más tardar para fin de junio” la liberalización de visados para los turcos que viajen a Europa.
“No es un muy buen acuerdo, pero estamos obligados. Nadie está satisfecho, pero no tenemos alternativa”, resumió un diplomático europeo.
La canciller alemana, Angela Merkel, repitió el viernes de madrugada que el acuerdo era “una buena oportunidad para quebrar el negocio de los traficantes”.
– Régimen autoritario –
Las exigencias de Ankara habían dejado perplejos a varios Estados miembros, algunos de los cuales denuncian un régimen que amordaza a la prensa y viola los derechos fundamentales.
El semanario alemán Der Spiegel denunció este jueves un ataque “a la libertad de prensa” después de que su corresponsal en Turquía fuese obligado a dejar el país.
A principios de marzo, la justicia turca puso bajo tutela al diario turco Zaman, crítico con el presidente Erdogan, adoptando una línea editorial íntegramente progubernamental.
El jueves, la Casa Blanca pidió al gobierno turco que respete los valores democráticos.