La mujer, que ahora tiene 21 años, dice que estaba “extremadamente conmocionada” de que su verdugo pudiera vivir tan cerca de ella después de que salió de prisión, el pasado 13 de junio. Lo peor del asunto es que la ley del estado de Oklahoma no impide que eso pase, informa People.
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Los abusadores sexuales, según la ley del estado, efectivamente deben mantenerse lejos de los niños una vez están fuera de prisión. Por eso, las normas indican que no pueden residir ni estar cerca de iglesias o colegios, pero no habla de las residencias de sus víctimas. Por eso, Danyelle está dando la pelea, agrega CNN.
Por el hecho, la mujer está molesta (con razón) con su abuela, por permitirle al violador vivir en su casa, aun sabiendo lo que pasó. Sin embargo, la anciana se defiende diciendo que él es su hijo, y que no tiene otra alternativa sino darle posada, al menos hasta que logre conseguir un lugar donde vivir, añade Newser.
El abuso ocurrió cuando English fue a visitar a Danyelle y su familia en su casa de Bristow. En ese momento, el hombre ya tenía antecedentes por abuso sexual, pero los Dyer no lo sabían. A lo largo del verano en el que la visita duró, English abusó en repetidas ocasiones de la niña.
“Como yo tenía 7 años, nunca había estado expuesta a algo así, de manera que no sabía que era algo malo hasta que él me dijo que no le dijera a nadie”, dice la mujer.
Para evitar casos como este, el representante del estado Kyle Hilbert asegura que espera presentar una ley en la siguiente sesión legislativa para que los abusadores, en adelante, no puedan vivir cerca de sus víctimas. Mientras tanto, Danyelle seguirá en su lucha.
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