Ospino fue capturado por la Policía, que ofreció una recompensa de 20 millones de pesos para dar con su paradero, en una vereda de San Carlos de Guaroa (Meta), a donde huyo, según las autoridades, después de cometer el crimen, el sábado pasado en Chía (Cundinamarca).
Por ese hecho, la Fiscalía le imputó a Ospino Castro cargos por los delitos de secuestro agravado y homicidio agravado, conductas que él no aceptó en la audiencia, informó Caracol Radio. Pese a esto, la vista pública contra el acusado continuará este miércoles, y en ella el juez determinará si lo envía a la cárcel.
La capacidad de mentir de Ospino Castro quedó en evidencia cuando el Gaula lo capturó, este martes. A los investigadores, el acusado les dijo fríamente que la niña estaba viva, cuando, en realidad, la habría matado tres días atrás.
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“Sí, está viva”, les dijo Ospino Castro. Y preguntado sobre dónde estaba la niña, el señalado asesino respondió: “En Tabio”, y aseguró que se había llevado a la niña después de una discusión con su compañera sentimental, Yudith Pereira (mamá de la bebé), y con unos familiares.
Pero en un interrogatorio formal después de haber quedado en poder de las autoridades judiciales, Ospino Castro admitió “haberle quitado la vida a la menor y haber sepultado el cuerpo en zona montañosa del municipio de Chía”, relató el coronel Edwin Chavarro, comandante de la Policía de Cundinamarca.
Pese a que, efectivamente, el cuerpo de la niña fue hallado donde dijo Ospino Castro, ante el juez del caso el acusado no aceptó cargos.
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