Cuando ‘Jake’ fue detenido en su lujoso apartamento en Medellín estaba con una menor de 12 años en un ‘jacuzzi’ inflable, que –dice El Tiempo– “se había convertido en ícono de los servicios que ofrecía”.
Dentro de estos servicios, ‘Jake’ manejaba 2 líneas, que ofrecía a través de su página web, Colombiajake.com, las de mayores de edad, con un catálogo de más de 200 mujeres, y las de menores de edad, para clientes VIP, que contactaba en sus frecuentes viajes a Estados Unidos o a través de internet.
A través de este último método fue que la policía logró, con un uniformado con alto nivel de inglés, que ‘Jake’ accediera a conseguir 2 menores de edad. Luego fue detenido.
“Fiscales de Estados Unidos llegaron esta semana al país para tratar de establecer la identidad de los clientes de Jay Harry Drivas, para procesarlos por crímenes sexuales contra menores”, dice El Tiempo. No va a ser difícil: ‘Jake’ tenía registros y, además, realizaba transacciones con tarjeta de crédito.
En términos de costo, los paquetes de ‘Jake’ iban de 5 a 10.000 dólares.
“(El de 10.000 dólares) incluía los tiquetes de avión, estadía y paseos por la ciudad, más la dama de compañía de sus preferencia, la cual podía escoger de un catálogo que aparecía en su página web… el de 5.000 se diferenciaba sobre todo por el nivel del hotel”, dice El Tiempo.
La laxitud e impunidad con que ‘Jake’ desarrollaba su actividad de proxeneta y tráfico de menores era presentada en su página de otra forma:
“Medellín es el único lugar donde me pregunto semanalmente: ¿es esta vida real? Luego me pellizco solo para asegurarme de que es así. Este ha sido un sueño y siempre estaré agradecido por haber tenido esta experiencia. Pasé de sentirme viejo y usado en un mundo dominado por el feminismo de la cultura americana, a sentirme joven y feliz de nuevo en Medellín. Déjenme mostrarles por qué”, decía ‘Jake’ en su página web.
Imágenes del catálogo de ‘Jake’ (adultas)