El senador hizo esa afirmación en el debate de control político, aunque aseguró que los uniformados “no tenían por qué haber filtrado este tipo de información”, señaló Blu Radio.
No obstante, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, dijo que no existe ninguna persecución a quienes piensen diferentes.
“Eso no existe aquí. Aquí no hemos perseguido a nadie por pensar de manera diferente y mucho menos entre las fuerzas”, manifestó Botero.
Así mismo, el ministro refutó a Gustavo Petro por decir que los soldados son entrenados mediante la tortura para convertirlos en “asesinos y torturadores”, y aseguró que “no es cierto que el entrenamiento militar sea tan duro, que implique maltrato”, informó la emisora.
Sin embargo, el senador de la izquierda llevó al debate a una sargento retirada del Ejército, que declaró que sus sobrinos siguen en recuperación por los fuertes entrenamientos a los que fueron sometidos en el 2017.
“Tuvieron que soportar golpes, recibir maltratos psicológicos que nos son fáciles de superar. Nosotros como familia estamos en un proceso que no sabemos cuándo va a terminar y cuánto va a durar por las secuelas de esa formación militar que recibieron mis sobrinos en el Fuerte Amazonas 2”, dijo la sargento (r), de acuerdo con el medio.
No sería la primera vez que el Ejército actuaría de tal manera.
Después de que el diario The New York Times publicara el artículo que advertía sobre un posible regreso de los ‘falsos positivos’, la institución habría reunido a oficiales, con diferentes excusas, para que “confesaran” si habían sido entrevistados por el periódico.
Incluso, ante ese suceso, José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch le preguntó al ministro de Defensa si eso era verdad y advirtió que “sería muy grave que hubiera retaliaciones contra oficiales que se animaron a contar la verdad”.
Frente a ese hecho, el Ejército no dio respuesta.
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