“¡En Venezuela no hay nada!”, gritaban al tiempo que se apresuraban para aprovechar la apertura temporal del paso limítrofe, después de 11 meses de cierre, y comprar en Cúcuta alimentos y medicinas, escasos en su país.

“No hay ni medicina para los niños, se están muriendo los niños. La cúpula es la que tiene comida. Eso es mentira que el presidente [Nicolás Maduro] dice que hay comida. ¡Mentira!”, dijo a la AFP Tulia Somaza, exaltada y entre los aplausos de sus compatriotas, que abarrotaban un supermercado en Cúcuta.

“Los mortales no tenemos ni jabón para lavar la ropa”, agregó esta mujer rubia y de mediana edad, una de las miles de personas que han cruzado a pie los aproximadamente 700 metros que marcan el límite entre la ciudad venezolana de San Antonio del Táchira y la colombiana de Cúcuta para abastecerse.

Después del cierre de la frontera ordenado por Maduro, por razones de seguridad, el mandatario autorizó un paso peatonal en la mañana de este domingo entre los puentes internacionales Simón Bolívar (Venezuela) y Francisco de Paula Santander (Colombia).

Desde las 05:00 de la mañana se registraron largas filas frente a las aduanas del lado venezolano, a la espera de la apertura del cruce a las 06:00 de la mañana y muchas personas incluso pasaron la noche en vehículos estacionados en las calles aledañas para poder pasar temprano y aprovechar el día de compras.

Las autoridades venezolanas habían adelantado que el paso se mantendría abierto por 12 horas, aunque algunas versiones extraoficiales señalan que solo será por ocho horas.

“#CorredorHumanitarioFronterizo ya ha beneficiado a unas 25 mil personas. Compran alimentos y medicinas”, tuiteó tras casi siete horas de la apertura William Villamizar, gobernador del departamento colombiano de Norte de Santander, al que pertenece Cúcuta.

“Grave situación humanitaria”

“Gracias a Dios”, era la exclamación que más repetían los venezolanos al llegar a Cúcuta o en las filas de los supermercados, donde se les veía cargar con productos como harina, aceite, papel higiénico y champú.

“Gracias por esta acogida que nos están dando, el pueblo de Venezuela en este momento tiene una grave situación humanitaria de (escasez de) medicinas, de comida, de productos básicos”, dijo a la AFP José Gregorio Sánchez, habitante de la localidad fronteriza de Ureña.

“El gobierno venezolano acabó con las industrias que surtían al pueblo”, añadió este hombre, que también aseguró que aunque es costoso hacer mercado en Colombia, por la devaluación de la moneda venezolana, es “mucho más barato” que comprar en Venezuela a revendedores, conocidos como “bachaqueros”, que ofrecen los productos regulados a precios mucho más elevados y a los que el gobierno venezolano combate.

El paso peatonal se estableció este domingo, luego de que el martes pasado unas 500 venezolanas forzaran el cruce de la frontera con Colombia, rompiendo un cordón militar para comprar en Cúcuta productos básicos.

La escasez de alimentos y medicinas en Venezuela -golpeada por el desplome de los precios del petróleo- alcanza un 80%, según organizaciones privadas, pero se agrava en la zona limítrofe por el cierre de la frontera.

Estampida

Del lado venezolano hubo momentos de desesperación por cruzar y cerca de las 07:30 de la mañana se formó una aglomeración frente a los puestos aduaneros y la multitud atravesó, en estampida, los controles militares. La situación, sin embargo, fue controlada con rapidez por las autoridades.

Para evitar este tipo de incidentes, en Cúcuta fueron desplegados unos 300 uniformados, entre policías judiciales, antinarcóticos y de control del orden público, que organizaron a los consumidores y custodiaron especialmente los dos más grandes centros de distribución de alimentos de esa ciudad.

Muchos venezolanos llegaban a los supermercados del centro de Cúcuta en transporte público, pero otros eran acercados por agentes policiales desde la zona de frontera hacia los centros de compra, en vehículos habilitados para la ocasión.

Maduro asegura que la escasez en su país es provocada por una “guerra económica” que atribuye a “empresarios de derecha”, a los que acusa de especulación y acaparamiento de productos básicos para desestabilizar a su gobierno, creando malestar y desesperación en la gente.

El mandatario decidió cerrar la frontera en agosto de 2015 tras un ataque de supuestos paramilitares colombianos contra una patrulla militar venezolana que dejó tres heridos en la ciudad de San Antonio, lo que también generó tensiones entre ambos gobiernos.

La semana pasada, los ministros de Defensa de ambos países reiniciaron conversaciones sobre seguridad, con la posibilidad de reabrir los pasos en la frontera de 2.200 km.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y su canciller, María Ángela Holguín, también visitaron esta semana Cúcuta para monitorear la situación y abogar por la reapertura de la frontera.

Jorge Castellanos y Wilker Estupiñán / AFP