También aseguró que Ana Lucía Fuentes Arzuaga, encontrada sin vida este domingo por la mañana en su apartaestudio de la carrera 11 con calle 118, en el norte de Bogotá, no había expresado ningún tipo de sentimiento de tristeza, de preocupación, o algo que la hubiera tenido inquieta en los últimos días.
“Si usted mira las fotos en Facebook, en Instagram, esa niña nunca, nunca, exteriorizó tristeza. Antes, por el contrario, ella era sinónimo de alegría, de jolgorio, de mucha amistad, mucho amor, mucha tranquilidad”, dijo el afligido hombre en Caracol Radio.
Y continuó en medio de sollozos: “Por eso, todos estamos consternados con lo que le sucedió a mi hija hermosa, a mi hija bella. Eso es lo que más me duele, lo que más me mortifica”.
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También dijo que le contaron —porque nunca se lo presentó— que Ana Lucía tuvo un enamorado, pero ya habían terminado la relación. “Pero no sé. No le veo motivo a eso”, continuó, y explicó que la relación de la joven con sus padres era permanente.
“Me desplazo cada 10 o 20 días al apartamento donde ella estaba. La relación con la mamá era diaria, permanente. Aparte de madre e hija, eran amigas. Esa señora está inconsolable también. Esperando su hija muerta allá en Valledupar”, le dijo el hombre a la emisora desde el aeropuerto El Dorado, donde esperaba abordar un vuelo que también llevaría el cuerpo de su hija.
Se refirió, así mismo, a otro aspecto del entorno de su hija: el de la universidad, en el que tampoco se vislumbran situaciones problemáticas: “Terminó sexto semestre e iba a hacer séptimo, y no quiso porque tenía que hablar un inglés fluido. Entonces la pusimos a hacer un curso intensivo para que terminara el nivel 4, en una corporación en el norte de Bogotá. Ya la hizo, ya la terminó. Entonces ella estaba solicitando el reintegro”.
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