Andrés Fernando Sepúlveda aseguró, según la información de Businessweek, que para las elecciones de 2012 en México lideró un equipo de hackers al servicio del PRI, que apoyaba al entonces candidato Enrique Peña Nieto (actual presidente).
En ese sentido, el grupo de hakcers encabezado por el colombiano habría saboteado las campañas presidenciales de Andrés Manuel López Obrador (del izquierdista PRD) y Josefina Vázquez Mota (de la derecha del PAN).
“Con un presupuesto de 600.000 dólares […], el trabajo de Peña Nieto fue con diferencia el más complejo […]. Los hackers robaron estrategias de campaña, manipularon redes sociales para crear falsas oleadas de entusiasmo y burla e instalaron software malicioso en las oficinas de campaña de la oposición, todo para ayudar a que Peña Nieto se hiciera con la victoria”, dice la nota de Businessweek.
“Sepúlveda instaló malware en los routers del cuartel general del candidato del PRD, lo que le permitía pinchar los teléfonos y las computadoras de cualquiera que usara las redes, incluido el candidato. Con Vázquez Mota hizo algo parecido. Cuando los equipos de los candidatos preparaban discursos, Sepúlveda contaba con los detalles tan pronto como los redactores los tecleaban”, agrega ese medio.
Las actividades de espionaje de Sepúlveda las reseña Businessweek con base en entrevistas que les hizo esa publicación al hacker colombiano, al venezolano J.J. Rendón (supuesto socio de Sepúlveda) y a las partes afectadas.
“Sepúlveda manejó miles de cuentas [de redes sociales] falsas y las usó para dirigir el debate sobre el plan de Peña Nieto para acabar con la violencia vinculada al tráfico de drogas, inflando el impacto en redes, que luego replicaban usuarios reales”, continúa el artículo de Businessweek, titulado en su versión impresa que circulará el 4 de abril como ‘Confesiones de un hacker político’ y en su versión web ‘Cómo hackear una elección’.
“Para tareas menos sutiles, contaba con un ejército en Twitter de 30.000 bots, capaz de generar tendencias por sí mismo. Una de las conversaciones que inició avivó el miedo a que cuanto más subiera López Obrador en las encuestas, más se hundiría el peso. Sepúlveda sabía que la cuestión del tipo de cambio era de gran vulnerabilidad; lo había leído en los informes que manejaba el equipo del candidato”, añade la publicación.
Businessweek también sostiene que Sepúlveda programó computadoras, en la noche víspera de las elecciones a gobernador, “para que llamaran a las tres de la mañana a miles de votantes en el indeciso estado de Jalisco. Con un mensaje regrabado, las llamadas parecían parte de la campaña del candidato izquierdista a la gubernatura, Enrique Alfaro. Aquello enfureció a los votantes –tal era la intención– y Alfaro perdió por un estrecho margen”.
Al conocer la publicación de Businessweek, la presidencia de México negó, en un comunicado citado por Excélsior, cualquier tipo de relación entre el equipo de la campaña presidencial de Peña Nieto en 2012 con Sepúlveda, o que se hubiera contratado a J.J. Rendón.
“La planeación, dirección y ejecución de dicha campaña presidencial fue realizada por dirigentes, militantes y simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional”, dice el comunicado de la Residencia Oficial de Los Pinos citado por Excélsior. “Las acciones de dicha campaña se sujetaron a los lineamientos y restricciones establecidos en la legislación electoral vigente para aquel proceso”.
El documento oficial difundido por la Coordinación de Comunicación Social de la Casa Presidencial concluye: “El triunfo de nuestro candidato presidencial obedece, única y exclusivamente, al respaldo libre, informado y mayoritario del electorado mexicano”.
Sepúlveda, según Businessweek, también cuenta que intervino en campañas electorales en Nicaragua, Panamá, Colombia o Venezuela.
En el caso de Colombia, el escándalo en el que se vio involucrado el hacker fue destapado por la revista Semana e involucró (la investigación aún no se ha cerrado) al entonces candidato presidencial por el uribista Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, que aparece en un video preguntando por la información de inteligencia, adquirida de forma ilegal, que le daba Sepúlveda.
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