La riña, según El Espectador, se presentó el pasado jueves en el lobby del hotel Tequendama, donde se celebraba la fiesta de cierre de bachillerato del colegio Los Nogales, en Bogotá.

Entre las cerca de 400 personas que asistieron al evento estaban Juan José Lafaurie (que cursará grado once en el colegio Anglo Colombiano), hijo del presidente de Fedegán, José Felix Lafaurie, y de la representante a la Cámara por el Centro Democrático María Fernanda Cabal.

Allí, según ese medio, se encontró con Francesco Fasanelli, recién graduado de Los Nogales y con quien tuvo “amistad” en el pasado: “Se veían con alguna frecuencia en Mesa de Yeguas, el prestigioso club de Anapoima, pero terminaron distanciados por asuntos de novias en común”.

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Sin embargo, el periodista de El Espectador Norbey Quevedo apunta a que en el prom los jóvenes revivieron la enemistad:

Según testigos de lo sucedido, hacia las 3 am, cuando el joven Lafaurie se retiraba de la fiesta en compañía de su amigo Juan Diego Forero, advirtió que Fasanelli estaba en el lobby del hotel acompañado de una exnovia suya. Entonces comenzó el rifirrafe con fuertes provocaciones verbales”.

En medio de los insultos, agrega el impreso, los dos terminaron enfrascados en una gresca ya que Fasanelli habría provocado a Lafaurie diciéndole “modelito, modelito”.

Después vino el forcejeo, los puños, el escándalo y el saldo de la gresca. Lafaurie sacó ventaja y agredió a su contendor quien luego de varios golpes terminó en el piso, a tal punto que se dice que le dieron incapacidad de 35 días, por lo cual su familia prepara una demanda”.

Lafaurie habló con el diario capitalino y “reconoció el incidente”, pero dijo que la pelea no paso de un golpe. Sin embargo, la otra parte dice que “fue más que un puño”.

Aunque la situación podría pasar a mayores si familiares del agredido llevan el caso a instancias judiciales, el joven señalado de golpearlo dice estar dispuesto a ofrecer disculpas por lo sucedido.

Caracol Radio dice que contactó a José Félix Lafaurie y que su respuesta, extra micrófonos, fue: “No tengo la culpa de que mi hijo pegue más fuerte”.

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