“Aquí se prepararon los asesinatos de Bernardo Jaramillo Ossa, de José Antequera, de Carlos Pizarro, aquí salió la bomba armada para dinamitar el avión de Avianca en pleno vuelo”, aseguró John Jairo Vásquez Velásquez, alias ‘Popeye’ a Los Informantes.
También le puede interesar:
- “Sin el DAS, Galán, Pizarro ni Jaramillo hubieran muerto”, dice alias ‘Popeye’
- Quedó en libertad ‘Popeye’, el sicario más tenebroso de Pablo Escobar
Quien fuera sicario del cartel de Medellín, recorrió de nuevo esta casona, avaluada en 70.000 millones de pesos, y recordó que ahí también se realizaban asesinatos, por eso existían cuartos para torturas.
‘Popeye’ afirma que cuando el capo del cartel de Cali, José Santacruz Londoño, se fugó de la cárcel La Picota, fue acogido en este lugar por Carlos Castaño. “Dicen las personas que de esta mansión lo sacaron muerto, lo dejaron en una Suzuki en una avenida cerca que se llama la avenida de Las palmas, llegó la Policía Nacional, ametralló la Suzuki y las balas no daban con la prueba de balística”, señaló en el programa.
Montecasino, de 31.000 metros cuadrados, era de Fidel Castaño Gil, el hermano mayor del clan Castaño quienes armaron los grupos de autodefensas en Córdoba y Urabá y que fueron socios y amigos de Pablo Escobar, de Rodríguez Gacha, del cartel de Cali y de autoridades de todo tipo, publicó Los Informantes.
Pero, la amistad de Escobar se acaba con los Castaño, cuando estos últimos mandan a matar a Bernardo Jaramillo, líder de la Unión Patriótica. Por eso, luego en Montecasino nacen ‘Los Pepes’ (Perseguidos por Pablo Escobar), después de una reunión hecha por Carlos, Fidel y el cartel de Cali.
Según Popeye, aquí hubo agentes de la CIA y el DAS reunidos con ‘Los Pepes’.
Por eso, “esta casa iba a ser tomada por Pablo Escobar, el patrón quería meterse acá con 200 a 300 sicarios”, expresó Vásquez en la entrevista.
También, recuerda que en esa casa había obras de arte de Dalí, Picasso, Botero, entre otras que sobrepasaban los 500 millones de dólares, además de una bodega de vinos que era muy costosa.
“De aquí salieron dineros para Alberto Romero, jefe de inteligencia del DAS, que dependía de la oficina de Miguel Alfredo Maza Márquez, añade Vásquez en El Espectador.
LO ÚLTIMO