“Lo mejor para un bebé es la leche de su propia madre. No es lo mismo si esa leche viene de otra mujer, ya que ella podría tener una infección que podría pasarle al niño”, afirma la doctora Teresa Murguía, directora Asociada para Asuntos Médicos de Mead Johnson Nutrition quien recalca que, siempre que sea posible, lo mejor es que la propia mamá sea la que le dé la leche al recién nacido.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que si se analiza la leche materna de los niños que nacen antes de tiempo, ésta es diferente a la leche de los niños que nacen a tiempo.
Este es un concepto que tenemos que recordar, que la naturaleza es muy sabia, y las cosas van cambiando de acuerdo a las semanas o el tiempo del nacimiento, dependiendo de la edad del pequeño”,
dice la experta.
La doctora Murguía explica que las leches artificiales han demostrado sus ventajas, permitiendo que niños que no tienen a su madre puedan sobrevivir.
Ella recuerda que, a comienzos del siglo pasado, cuando no estaba la madre o no había una nodriza, las mujeres tenían que inventarse una leche, añadiendo algún tipo de aceite.
Era una época difícil por la aparición de enfermedades, como el escorbuto o la desnutrición por falta de vitaminas. Realmente para ellas, la aparición de las fórmulas ha permitido que los niños puedan sobrevivir. “Hoy en día se ve esto como algo natural, pero hace unos años esto no era posible”, precisa la doctora.
Por eso aconseja que lo mejor para los recién nacidos es la leche humana, dado que provee nutrientes que son necesarios para el desarrollo del cerebro del infante y para su crecimiento, ya que provee defensas para protegerlos y disminuye muchos problemas del desarrollo.
Se ha descrito que aproximadamente entre 70% y 90% de los bebés que nacen con extremo bajo peso (menos de un kilogramo) se desnutren durante su hospitalización en las primeras semanas de vida. Debido a lo anterior, expertos de todo el mundo se han reunido para definir nuevas guías para evitar que esto suceda.
La lactancia materna es el mejor alimento para el niño. Por eso en nuestro país la incapacidad de la madre implica una hora al día para la lactancia durante los primeros meses de vida.
Ahora estamos haciendo fórmulas que se parezcan lo más posible a la leche humana, para atender a aquellos niños que no puedan tomarla”.
Esto es lo que busca la nueva fórmula de Mead Johnson que muy pronto será lanzada al mercado, y que será producida a partir de la membrana o el glóbulo de la leche, que contiene una sustancia que puede ayudar para un mejor neurodesarrollo.
Esta leche artificial disminuirá los diferentes problemas que se dan en los niños. “Un producto que se ha probado ya en diferentes estudios que se han hecho en Latinoamérica”, afirmó la funcionaria de la multinacional.
Se han analizado nuevos componentes que se encuentran en la leche humana, específicamente en las capas que cubren las gotas de leche que se forman la glándula mamaria.
Estos componentes se están adicionando a las fórmulas y los bebés que los reciben han tenido mejores resultados en pruebas de desarrollo mental que aquellos que reciben fórmulas sin este componente.
En lo que fue enfática la experta, es que los bebés no deberían recibir otro alimento diferente a la leche materna en los primeros seis meses de vida. Aunque cada pediatra tiene diferentes formas de introducirlos a la comida de los adultos.
Es importante tener en cuenta que la leche va cambiando sus componentes con el paso del tiempo, “Cada momento es diferente. El calostro es la primera leche que produce la mamá”. Todo esto es lo que los científicos analizan para lograr desarrollar la mejor fórmula que busca igualar los componentes de la leche materna.
Estamos tratando de replicar la leche materna día a día, porque sabemos que es la mejor. Cada vez vamos encontrando elementos que son extraordinarios, que ayudan al desarrollo físico y neurológico”.
Los expertos saben que la leche humana es un gran alimento, por lo que buscan añadirle a las fórmulas artificiales sus componentes grasos, sus vitaminas y el hierro, entre otros.
Aunque estas leches podrían aportar nutrientes a las personas mayores o que estén enfermas, estos productos están diseñados para los niños.
Detrás de la nutrición a través de la leche materna hay un componente cultural. Es así como en diferentes lugares del mundo se valora de diferente medida el valor y la costumbre de dar leche materna a los niños. Existen por eso países en los que las madres no tienen el espacio para darles leche a sus hijos. “Por eso se debería fomentar esta costumbre en todo el mundo”, recalca la doctora Murguía.
Se han hecho muchas pruebas alrededor de la membrana que cubre la leche y sus componentes. Encontrando que tiene un alto contenido en proteínas, lo que hace que su papel sea importante en el desarrollo del cerebro, por la constitución de éste. Este es un componente muy importante de la leche que se estaba desperdiciando. “Entonces empiezas a ver nuevas tecnologías para poder rescatar la membrana, incluyendo a la grasa y las sustancias bioactivas, proteínas, lípidos, para poder verlas y reintroducirlas a la fórmula, donde se ve la ventaja para esos niños que lo reciben frente a los que no”.
La prematuridad (bebés que nacen antes de tiempo) aumenta en el mundo y la sobrevida de estos bebés es cada vez mayor. Una buena nutrición en el inicio de la vida de estos bebés aumenta tanto las posibilidades de vivir como su calidad de vida a largo plazo.
Una buena nutrición desde la primera semana de vida puede lograr que el neurodesarrollo de los bebés prematuros (que nacen antes de tiempo) sea mejor que aquellos que no son bien nutridos.
La leche humana es el mejor alimento para los bebés. Se han analizado nuevos componentes que se encuentran en la leche humana, específicamente en las capas que cubren las gotas de leche que se forman la glándula mamaria. Estos componentes se están adicionando a las fórmulas y los bebés que los reciben han tenido mejores resultados en pruebas de desarrollo mental que aquellos que reciben fórmulas sin este componente.
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