Los periódicos y los medios en general se ven confrontados entre su papel de medios de comunicación y empresas rentables. Además, la relación con sus fuentes los pone en muchos casos en difíciles dilemas: dar o no dar a conocer quien brinda la información.

Esa es la historia que muestra la película de Steven Spielberg ‘The Post’, quien, apoyado en grandes actores (Tom Hanks y Meryl Streep) y con un par de dilemas éticos, uno legal y otro económico, pone en vilo el carácter del diario como empresa y la estabilidad frente a la legislación norteamericana, al tener en las manos documentos considerados de secreto nacional.

Era la época de la guerra del Vietnam y la apertura de la información que allí ocurría mostraba lo innecesario de esa distante batalla que llevaba a la muerte a miles de norteamericanos.

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Así, se muestra el papel de los diarios en la sociedad, pero al tiempo el hecho de que ‘The Post’ fuera una empresa familiar con un claro sentido de la información de los hechos y la verdad a la sociedad.

Como en Colombia, en los Estados Unidos se enfrentaban dos diarios de carácter nacional: ‘The New York Times’ y ‘The Washington Post’. Aquí tenemos a ‘El Tiempo’ y ‘El Espectador’, dos empresas con carácter familiar. El primero del grupo Sarmiento Angulo y el segundo de los herederos de la familia Santo Domingo.

Aquí también los documentos secretos, aquellos que muestran la corrupción, que indican el número de víctimas de esta guerra civil, los responsables de crímenes comunes y de lesa humanidad, son difícilmente puestos a la luz pública.

Ahora con las redes sociales, los medios han tenido que cambiar su interpretación de la realidad. Esconder los hechos es mucho más difícil. Así se ha visto últimamente en el país con los escándalos de los Nule, el asesino Uribe Noguera, el caso Odebrecht, y otras sucesivas noticias.

Sin embargo, la labor de los diarios escritos y virtuales tradicionales, en general, se preocupa más por las noticias oficiales que por la investigación y más aún por tener lo que se conoce como agenda propia. Es decir, sus investigaciones propias. Mientras que los bloggers y youtubers han abierto un nuevo estilo de periodismo, que podría tener otro nombre por su formato y por la democratización y liberalidad en la manera en que manejan sus contenidos.

El riesgo, por otro lado, es que lo que se publica ahí no es completamente fiable ni cierto, ya que no pasa por el filtro de la edición que manejaban los medios de comunicación anteriormente. Cualquiera puede publicar lo que quiera y como quiera.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.

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