Se trata de un revestimiento bioactivo de tercera generación, que incluye elementos antibacterianos”, dijo el catedrático Yevgueni Levashov, uno de los jefes del grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología MISiS que lleva a cabo el proyecto.
El científico, que encabeza de la cátedra de pulvimetalurgia de ese centro de estudios moscovita, agregó que el nuevo revestimiento defiende el organismo de reacciones inflamatorias y permite evitar el rechazos de los implantes, “con lo que se reduce hasta la mitad el periodo postoperatorio”.
Explicó que uno de los principales problemas que obstaculizan la integración de los implantes con los tejidos vivos es el surgimiento de inflamaciones.
Según Levashov, la formación de colonias de bacterias y microorganismo micóticos crea en la superficie del implante una película de difícil eliminación con los tratamientos medicamentosos tradicionales.
La nueva tecnología ideada por los científicos de la MISiS consiste en tratar la superficie del implante mediante electroerosión con un electrodo especial, que contiene metal y aditamentos bioactivos y antibacterianos en determinadas proporciones.
Como resultado, explica Levashov, en el metal se forma un revestimiento que elimina las bacterias sin afectar las propiedades bioactivas y biocompatibles del implante.
Con esta nueva tecnología pueden ser tratadas distintas aleaciones de uso médico, como por ejemplo implantes de titanio para sustituir tejido óseo, implantes dentales, implantes para cirugía maxilofacial y de la columna vertebral y prótesis de articulaciones, es decir, implantes que se someten a grandes cargas mecánicas.
Levashov subrayó que las pruebas preclínicas del nuevo revestimiento antibacteriano, fruto de tres años de investigaciones, ofrecen mejores resultados que los productos análogos que se emplean actualmente en el mundo.
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