El reporte indica que la similitud en los síntomas puede provocar que se dé el tratamiento incorrecto, lo que podría empeorar los síntomas y potencialmente poner en peligro la salud de estos niños.
Los investigadores, que evaluaron a un grupo de pacientes pediátricos diagnosticados con estos tumores, determinaron que es una sustancia (catecolamina) que secretan los tumores feocromocitomas y paragangliomas la que estimula el sistema nervioso central.
Los expertos observaron a 43 niños con estos tumores entre enero del 2006 y mayo del 2014 y determinaron que al menos nueve de los niños (21 %) habían sido diagnosticados con TDAH antes de que sus tumores hubieran sido descubiertos.
Cuatro de los nueve menores habían sido tratados con los medicamentos estimulantes que típicamente se recetan para este trastorno, como anfetamina, dextroanfetamina o metilfenidato, lo que causó que algunos presentaran dolores de cabeza, sudoración excesiva y presión arterial alta.
La investigación señala que la presión arterial alta suele ser un síntoma asociado a este tipo de tumores, por lo que advierten que un diagnóstico de TDAH acompañado de hipertensión es una señal de que el menor podría no tener un trastorno de hiperactividad y en su lugar deberían descartarse los feocromocitomas y paragangliomas entre las causas posibles.
Después de que se extirparon los tumores, tres de los nueve niños ya no presentaron síntomas similares a los del trastorno de atención e hiperactividad.
Los tumores feocromocitomas se dan en 1 de cada 500.000 personas y afecta la glándula suprarrenal y los paragangliomas se presentan afuera de la glándula suprarrenal y tienen una incidencia de 1 en un millón, de acuerdo con NIH.
El estudio completo fue publicado en la revista especializada Hormone and Metabolic Research.
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