Utilizando 26 embriones “con taras y no aptos para tratamientos de fertilidad”, en palabras del líder del equipo médico, Fan Yong, se logró que cuatro de ellos desarrollaran inmunidad frente al VIH, aunque el resto mostraron mutaciones “no planeadas”, informó hoy el diario Global Times.
La investigación fue publicada en el último número del Journal on Assisted Reproduction and Genetics, donde se aclara que todos los embriones fueron destruidos a los tres días.
La modificación se realizó mediante una nueva técnica llamada CRISPR-Cas9 que, según señaló a la revista especializada Nature el biólogo estadounidense George Dailey, experto en células madre, ha sido el principal éxito del equipo médico cantonés, al lograr éste una modificación genética más precisa de lo habitual.
Es la segunda vez que un grupo de médicos chinos causa controversia por experimentos de modificación genética embrionaria, después de que en abril del año pasado otro equipo de la Universidad Zhongshan, también en Cantón, anunciara que había podido manipular por primera vez genomas de estos embriones.
También entonces se usó el método CRISPR-Cas9, con embriones obtenidos de una clínica de fertilidad.
La modificación de embriones sigue siendo una cuestión debatida en el mundo porque si bien parece útil para el tratamiento de enfermedades hereditarias, incluidos algunos tipos de cáncer, podría también ser usada para el diseño de “bebés a la carta” y presentar con ello dilemas éticos.
En todo caso, “las técnicas aún están inmaduras y es pronto para que sean usadas clínicamente”, ya que los embriones modificados no pueden desarrollarse todavía hasta constituir seres humanos completos, destacó el científico Qiu Renzong, citado por Global Times.
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