Padece de Síndrome de Activación Mastocitaria, una condición en la que las células destinadas a proteger el organismo de amenazas externas mutan y comienzan a atacar el cuerpo, informó BBC.
La mayoría de los casos que se conocen son leves y pueden tratarse con éxito, sin embargo, en el caso de Johanna es extremo y las alergias ponen en riesgo su vida.
Antes de casarse con su esposo, Scott, nadie esperaba que su estado empeorara de esa forma. Era profesora y llevaba una vida prácticamente normal, sin embargo, ahora debe vivir encerrada en el ático de su casa, aislada de todo lo que pueda hacerle daño, incluso de sus seres queridos.
“Nos dimos cuenta de que cuando Scott entraba me empezaba a sentir peor. Mis síntomas normales se agravaban, hasta que un día, después de que llegó, me dio un ‘shock’ y tuvo que salir de inmediato”, explicó Johanna.
Una semana después trataron de acercarse de nuevo, pero volvió a ocurrir lo mismo. Desde entonces, duermen en cuartos separados y solo se comunican a través de Skype y mensajes de texto.
Estaba reaccionando fuertemente a mi esposo. Antes había reaccionado a mis padres y muchas otras personas, pero fue horrible cuando empezó a suceder con Scott”.
Scott se encargó de hacer que la habitación de Johanna fuera lo más adecuada para ella. Recubrió las paredes con plástico y cortinas para evadir la luz del sol y alejarla de todo lo que le provoca alergia.
Los únicos que pueden verla son sus hermanos, pero solo luego de higienizarse con un jabón sin olor y de vestirse con ropa que jamás ha salido de su ‘bunker’.
La casa es bastante grande y yo estoy en el nivel superior, pero si alguien corta una cebolla en la cocina, podría tener una reacción severa”.
A pesar de todos los inconvenientes, ambos tratan de conservar una vida de pareja y de compartir tiempo: si quieren ver una serie de televisión o una película, la ponen desde sus habitaciones y comparten sus comentarios a través de Internet.
El drama de Johanna se vuelve peor cuando se trata de comida, ya que solo tolera dos platos diferentes: cordero con pepinos y carne de vaca con zanahorias, apio y algunas especias.
Lastimosamente, su enfermedad llegó al punto en el que ya no tolera el tratamiento que en un momento funcionó perfectamente. Ahora deben preparar medicinas especialmente para ella.
“Los médicos no saben si me vaya a mejorar, por eso rezamos para que sea así. Mi vida podría terminar rápido. La vida es frágil, puede terminar”, explica Johanna y asegura que Scott estará a su lado mientras ella viva.
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